El "Noroñismo"


#LaCuartaTransformaciónVa


Hay un enfrentamiento abierto en redes sociales, entre militantes y simpatizantes del partido político Morena, en contra de aquellos que han declarado su preferencia por un posible candidato a la presidencia del país, ajeno a Morena.

El diputado Gerardo Fernández Noroña ha manifestado públicamente, su intención de ir en 2024 por la candidatura presidencial de la izquierda gobernante.

Es una ambición válida a todas luces. Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum, han manifestado, como militantes de Morena, que tienen el mismo interés en competir por esa representación. Solo piden esperar el tiempo político adecuado, dado que apenas estamos a mitad de sexenio y tienen en este momento actividades importantes que desempeñar.

Ricardo Anaya por su parte, manifiesta que participará en el próximo proceso electoral, representando al panismo. Esto, si el partido no pierde antes su registro ante el INE, por no contar con el número suficiente de afiliados. Acción Nacional lucha en este momento por su vida. Está a punto de perder su registro.

Ninguno de los otros candidatos ha recibido un ataque tan severo, como el que se da en contra de Fernández Noroña. Y lo curioso del asunto es que es la misma gente de izquierda quien intenta bajar de la contienda al diputado del Partido del Trabajo, antes incluso de que inicien los tiempos para definir precandidaturas.

Es interesante ver que en el caso de Ricardo Monreal, la actitud de militancia y simpatizantes de Morena, es otra. Monreal declaró recientemente que competirá de cualquier manera por la presidencia de la república en 2024 y que espera que los colores que defienda en esa elección, sean los de Morena.

Esto es, que Ricardo Monreal no descarta defender otros colores, si Morena no lo postula como candidato. Está en su derecho de hacerlo. Hay libertad y apertura política en este momento. Será el pueblo en última instancia, quien califique con su voto este posible cambio de camiseta. Sin embargo, en este momento, no hay demasiado encono en contra de Monreal.

¿Qué está pasando entonces con Fernández Noroña?

Pasa que siendo diputado proveniente del Partido del Trabajo, pretende competir en la siguiente elección, postulado por el partido gobernante. Por Morena. Preferentemente, en una candidatura de unidad, apoyada por la izquierda partidista. Y tiene todo el derecho del mundo para aspirar y trabajar por esa oportunidad. Pero muchos no ven bien este proyecto personal del diputado.

Fernández Noroña ha tenido triunfos importantes en la Cámara de Diputados. Es un orador de primer nivel. Conoce la política nacional a fondo y sabe que el proyecto transformador del presidente López Obrador, es la única vía democrática que puede revertir el desastre ocasionado por 36 años de neoliberalismo predador.

En el Congreso y en sus participaciones en distintos medios de comunicación, ha defendido la posición del presidente, frente a los ataques conservadores. Regatearle esto, es obrar de mala fe.

Lo que sucede con Noroña y con los demás diputados del Partido del Trabajo, es que no han apoyado siempre las iniciativas nacidas de Morena, o del gobierno del presidente López Obrador. En ocasiones han votado en contra de estos proyectos. Y eso es motivo de disgusto para parte de la militancia y simpatizantes de Morena. El Partido del Trabajo es aliado del partido gobernante. Pero es natural que existan puntos de desencuentro en las agendas particulares de ambas fuerzas políticas. No pueden coincidir al cien por ciento. Y eso también es válido.

La personalidad de Fernández Noroña es atrayente para muchos. El "noroñismo", es una realidad que nace en torno a la presencia del diputado. Es un hecho innegable que existe un segmento de la izquierda que ve con buenos ojos su posible candidatura a la presidencia. Y eso se vale en un país que está despertando a la democracia real.

La actitud y maneras fuertes y directas de Noroña, conquistan a gente que busca un líder con don de mando y actitud agresiva frente al conservadurismo. En Noroña encuentran eso.

Como dijimos, el "noroñismo" es hoy por hoy una realidad. Pero tiene la desventaja de ser un movimiento naciente y focalizado. Carece del poder de penetración que ha conseguido Morena, primeramente bajo la guía de López Obrador candidato a la presidencia y después con el ejemplo del mismo López Obrador, ya como presidente.

Otro obstáculo importante que encontrará Fernández Noroña en el camino, es la cantidad de buenos cuadros políticos, compitiendo por Morena. Están como ya dijimos, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, pero la lista es mayor. Santiago Nieto ha sido nombrado por muchos. Juan Ramón de la Fuente fue incluido en la lista de buenos prospectos, de acuerdo a la opinión del mismo López Obrador. La misma situación se da con Rocío Nahle.

Es sumamente difícil que Morena vaya en 2024 con un candidato externo. No tiene necesidad de hacerlo. Y esa postura es válida también.

Y si la fortaleza de Morena se mantiene firme hasta la fecha de definición de candidatos, es posible incluso que el Partido del Trabajo vaya con una candidatura de unidad. Pero apoyando al representante que salga de Morena. Esa situación ya sucedió en el pasado reciente.

Si el "noroñismo" busca vías para crecer y fortalecerse como fuerza alternativa de izquierda, debería haber tolerancia de parte de quienes defienden el proyecto de Morena, para no entorpecer esa ruta.

Es cierto que la agresividad de Fernández Noroña, cruza en ocasiones la línea de lo políticamente correcto, o de lo que se supone que esto debe ser.

Noroña es temperamental y en ocasiones cae en el exceso. Incluso en la intolerancia. Comete errores que le cuestan caro a su causa. Pero así es su manera de hacer política. Así les gusta a sus partidarios.

La reflexión final que dejo aquí, es ésta:

¿Qué va a pasar con el "noroñismo", si el resto de la izquierda lo ataca y acorrala?

Es excesivo calificar a Noroña de "fascista" como han hecho algunos, por su posición en contra de las vacunas. O las descalificaciones desproporcionadas por estar en contra de la desaparición de los plurinominales. O por estar en desacuerdo con la intención de manejar la cartilla de vacunación, como documento obligado para acceder a los servicios de movilidad en cualquier ciudad.

Esos ataques los sienten como agravios propios sus adeptos y contestan con la misma violencia en redes sociales.

¿Si el "noroñismo" no alcanza sus metas en la siguiente elección, dónde va a terminar?

¿Engrosando las filas del abstencionismo? ¿Diferenciando su voto al momento de sufragar? ¿Votando por cualquiera, menos por Morena?

Esa agresividad injustificada dentro de la izquierda, puede conducir a cualquiera de esos escenarios.

Noroña y sus aliados trabajan por una vía democrática válida. Lo mismo hace Morena.

No hay choque frontal entre ambos proyectos. Serán las dirigencias de los partidos, la militancia y el pueblo, quienes definan primeramente a los candidatos que competirán por la presidencia. Después, en el marco de un proceso electoral limpio, será el mismo pueblo quien determine quién deberá suceder al actual presidente, a partir de 2024.

En democracia, nadie puede ser limitado en sus aspiraciones para ocupar cargos públicos.

Cada ciudadano apoya el proyecto con el cual se identifica. Y habiendo posiciones de izquierda diferentes, debe existir respeto hacia todas.

Si la mentalidad de los mexicanos está cambiando, debemos tener presente siempre que los enemigos del pueblo no se encuentran nunca dentro de las filas de la misma izquierda.

Los enemigos están del lado reaccionario y a ellos favorecemos, si caemos en el juego de la lucha interna.

Hay que pensar en esto.

Malthus Gamba

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