MURAYAMA NEGANDO A UN PUEBLO QUE LO DETESTA


#LaCuartaTransformaciónVa


Cuando intentas imponer una realidad alterna, lo primero en lo que debes trabajar, es en el mecanismo que te permita negar la existencia de lo que te estorba para alcanzar tus fines.

En el terreno de la sociología, se conoce a esta práctica como "sociología de las ausencias" y consiste concretamente en imponer la idea de la existencia de objetos imposibles, así como en invisibilizar objetos reales.

Repetir una y otra vez, por distintos canales de comunicación, educación y cultura, que el neoliberalismo conservador defiende la democracia, es un intento claro de imponer un objeto irreal, como real.

Afirmar, como lo hizo el día de hoy el tristemente célebre consejero electoral, Ciro Murayama, que el Pueblo no existe en la realidad y que una diversidad social, con distintos intereses, es lo que verdaderamente da forma a una sociedad, representa el intento para invisibilizar al Pueblo, como motor social que construye la democracia.

Si yo logro imponer la idea de que el concepto de Pueblo es falso, condeno a la "ausencia" a un Movimiento Transformador que tiene como base, el poder de ese Pueblo que vota, marcha, participa en redes sociales, protesta y da fortaleza a un Movimiento Social de cambio real.

Condenar a la "ausencia", es condenar al olvido social a un elemento que estorba. No ocuparse más en él. Volverlo invisible y simular su inexistencia, aunque ese elemento esté demostrando su participación activa en nuestra realidad.

"Los estudiantes de Ayotzinapa fueron ejecutados y calcinados en un basurero cercano a Cocula".

En esa "Verdad Histórica, se trata de imponer una falsa realidad, que invisibilice al suceso real que concluye con el secuestro y desaparición de esos normalistas. Se deja pasar el tiempo, se destruyen pruebas, se eliminan testigos clave y al mismo tiempo, se insiste en medios de comunicación, en comunicados oficiales, en opiniones de supuestos expertos y especialistas, en que las pruebas que señalan que esa versión es falsa, son ajenas a la realidad. Es decir, se condena a la "ausencia" histórica a esa versión no oficial, para que su lugar sea ocupado por la falsa versión de realidad que propaga el conservadurismo gobernante.

Ciro Murayam, citando a un profesor y teórico neoliberal de nombre Adam Przeworski, intenta hacer algo parecido.

Restarle realidad al Pueblo. Hablar de pequeños núcleos sociales, que no alcanzan a formar una fuerza transformadora, como la que estamos viendo impulsar en estos momentos al Movimiento de Cambio iniciado por el presidente López Obrador. Ese es el fin que persigue una oposición sin propuestas verdaderas

Murayama hace la labor que requiere la corrupta oposición en este momento de decadencia política. Intentar atomizar el poder popular. Matar al Pueblo como sujeto real.

Su teórico de origen polaco, pero de nacionalidad estadounidense en este momento, habla de la inexistencia del concepto de Pueblo.

La teoría capitalista recurre a esta mentira cada vez que se encuentra en problemas. Porque cuando sus políticos están en plenitud y manejan los hilos del gobierno, no se cansan de señalar que ellos son verdaderos representantes populares. Que son los paladines del Pueblo.

En esos momentos, el Pueblo existe y es elemento evidente en esa realidad.

Como cuando Vicente Fox alcanza la presidencia del país, representando al PAN y lo hace gracias a la movilización de un Pueblo que detesta al PRI. En ese momento del año 2000, el Pueblo fue aplaudido por los mismos que hoy intentan negar su existencia.

Lo que es real y no puede ocultarse ante la vista de los ciudadanos, es que efectivamente existen sectores sociales que no quieren ser considerados Pueblo. Se niegan a ello.

Son las clases acomodadas, que sienten que su poder económico las coloca en un espacio superior al ocupado por el resto de los ciudadanos.

Los intelectuales orgánicos que hablan de una superioridad intelectual, que en realidad no existe. Son personas comunes, con especialidad en algún tema de la vida real. Nada más.

O los políticos que enfermos de poder, que piensan que están a un paso de convertirse en dioses.

Y son precisamente esos pequeños sectores sociales, que se niegan a ser considerados Pueblo, los que impulsan hoy la mentira de que el Pueblo es un espejismo, y que nada tiene que ver con la realidad que ellos tratan de imponernos.

El Pueblo no respalda al presidente López Obrador y al Movimiento de Transformación, sencillamente porque el concepto de Pueblo no existe. Y si así lo dice y escribe un científico teórico de la democracia, desde el punto de vista de la teoría neoliberal, forzosamente debe ser cierto.

Murayama es un mentiroso reconocido. Uno de los hombres del fraude que anida en el Instituto Nacional Electoral. Un fabricante de realidades impuestas, como el triunfo de Felipe Calderón en el 2006.

Sus razonamientos son falsos, como falsa es toda la teoría neoliberal, basada en la mentira de que si a los ricos les va bien, el "goteo" hacia abajo deja satisfecho al Pueblo (que para ellos no existe).

Intentar invisibilizar al Pueblo de México, es una batalla perdida para los conservadores.

"Somos mucho Pueblo para tan mediocre oposición", ha dicho más de uno, desde la derrota que el Pueblo infligió al neoliberalismo en el 2018.

Pueblo somos los millones de mexicanos que defendemos la igualdad en el país. Los que combatimos en este momento privilegios de clase y corrupción institucionalizada. Los que nos cansamos de la violencia generalizada y de la muerte de miles de compatriotas, que por culpa de gobernantes aliados a la delincuencia, condenaron a morir a inocentes envueltoen una mentirosa guerra en contra del crimen organizado.

Pueblo son los millones que acompañan en este momento al presidente López Obrador.

Los que desmienten a diario los engaños que intenta imponer como realidad la oposición.
Los que no van a permitir que los neoliberales y la corrupción que los acompaña regresen al poder.

Pueblo hay, y mucho. Es real y la gente como Murayama y su jefe Lorenzo Córdova, aún desconocen todo su poder.

Lo atestiguarán después de las elecciones del 2024, cuando con el voto mayoritario del Pueblo, Morena tenga mayoría calificada en el Congreso, para desterrar la corrupción en el INE, en el Poder Judicial y en todas las ratoneras donde intenten ocultarse los últimos mentirosos conservadores.

Ese Pueblo les hará ver y sentir la realidad

Malthus Gamba

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