GUTIÉRREZ PRIEGO. EL CANDIDATO INCÓMODO


#LaCuartaTransformaciónVa


Las batallas electorales que se libran actualmente, para que personajes involucrados en la reforma al Poder Judicial, alcancen los ansiados puestos en disputa, toma fuerza y comienzan a verse bandos en pugna que intentan colocar a sus respectivos perfiles, en posiciones ventajosas para hacerse merecedores del voto ciudadano.

Esto estaría más que bien, si esta intención no estuviera acompañada de la conocida guerra sucia o de lodo, que comienza a ser más que evidente en ciertos sectores de la izquierda transformadora.

Para algunos, comienza a ser evidente que está iniciando una lucha interna que busca nichos de poder dentro del Movimiento y en los espacios de comunicación donde se intenta ocupar la vacante informativa que deja libre la desgastada clase periodística y periodística del pasado neoliberal. Al margen del movimiento social que busca transformar la realidad del país, sin más interés que el de participar en la construcción de un México mejor para todos, está la vieja "grilla" política, impulsada por aquellos que esperan una recompensa material, o un espacio dentro de la estructura política o informativa que nace, que pueda redituarles beneficios personales.

El caso de la candidatura del abogado César Gutiérrez Priego es ejemplo de esto.

Este candidato se encuentra invariablemente dentro de los primeros lugares en cuanto a aceptación y respaldo social, en la mayor parte de las encuestas referentes a la lista de hombres que compiten por un sitio de ministro, al interior de la Suprema Corte de Justicia. Ha realizado una campaña a nivel territorio, recorriendo la mayor parte del país. Es invitado habitual en espacios de comunicación tradicional y no tradicional, donde muestra tanto su trayectoria profesional, como sus razones para aspirar a un puesto en la Corte. Hace lo mismo que el resto de los candidatos y obtiene buenos resultados.

Sin embargo, en los últimos días ha sido blanco de un "fuego amigo" que intenta impedir su llegada al máximo tribunal del país.

Las acusaciones en su contra son muy parecidas a aquellas que cotidianamente maneja la oposición reaccionaria, en sus descalificaciones contra integrantes del gobierno y el Movimiento de Cambio. Se habla del pasado de su padre, que fue general del ejército mexicano. Se le acusa sin prueba alguna, de ser defensor de militares de pasado no tan claro o limpio. Se "advierte" a la sociedad de que con él, llegarían al Poder Judicial los militares y México iniciaría entonces, el camino irreversible hacia la dictadura tan anunciada por el sector conservador. Ernesto Ledesma, un periodista al que el presidente López Obrador desenmascaró permanentemente en sus conferencias mañaneras, llega al extremo de decir que Norma Piña en funciones, es mejor perfil que Gutiérrez Priego, aunque éste no haya cometido falta o delito alguno. Vanesa Romero Rocha, cercana a Javier Corral, declara que no hay comparación entre el traidor ministro Alcántara Carrancá a quien ella prefiere y un Gutiérrez Priego al que descalifica sin prueba alguna.

Uno entiende y aplaude que se impulsen determinadas candidaturas y también que se diga abiertamente que determinados perfiles no son del agrado de algunos. En democracia, esto es básico para impulsar un debate franco de donde nazca la opinión mayoritaria que otorgará el triunfo a los mejor calificados.

Pero que se diga que determinado candidato es peor que Norma Piña, aliada y defensora de los integrantes del poder económico, de delincuentes y de políticos corruptos, es algo infame. Lo mismo que el preferir a Alcántara Carrancá, ministro propuesto por el presidente López Obrador, quien traicionó casi de inmediato al pasarse descaradamente al grupo opositor en la Suprema Corte, resulta una acción indigna.

Gutiérrez Priego es un candidato más, que ofrece abiertamente su experiencia y trabajo en el área de justicia, para que se le conozca y en su caso, se vote por él. Es uno más. Quizá con errores de postura política u opiniones en el pasado. Pero no es un aspirante a dictador militar, un traidor, o una persona con perfil inferior al de Norma Piña.

¿Por qué entonces esta rabia en su contra?

Pues por la sencilla razón de que se quiere impulsar a otros perfiles, a quienes Gutiérrez Priego les está haciendo sombra. Hay una campaña para "bajarlo" a como dé lugar. Necesitan su espacio para que otro aspirante suba en sus posibilidades de triunfo.

Y a esta campaña se están subiendo aquellos personajes del "nuevo periodismo de izquierda" que tratan de "acomodarse" dentro del naciente escenario de cambio, en puestos donde tengan la oportunidad de destacar como las nuevas voces que mueven o controlan a la opinión pública. Es decir, convertirse en los nuevos manipuladores de la información. En el "nuevo y revitalizado Cuarto Poder".

Porque cuando mientes con descaro para imponer una postura o a un personaje, sin importar que la mentira sea más que evidente, asumes el mismo comportamiento utilizado por los desgastados y desprestigiados periodistas del pasado. El montaje y la desinformación.

Hay que tener cuidado en esto. No por decirse parte del Movimiento de Cambio, se es en la práctica un perfil que aporte algo positivo a la transformación. Hay cartuchos quemados que pretenden permanecer activos a toda costa. Y el engaño y el disfraz son las armas que utilizan para subsistir.

Están por otra parte los "buenaondita", que marchan con el conjunto que trabaja por la transformación del país, pero que miran siempre a derecha e izquierda, para ver dónde aparece la mejor oferta.

El caso de César Gutiérrez Priego sirve para ver sin máscara a algunos. Que no se nos olviden esos rostros y nombres en el futuro, porque son de cuidado y habrá que estar al pendiente de ellos.

Malthus Gamba  

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