“No me gustó el tonito”: López Obrador
#LaCuartaTransformaciónVa
Dicen que la economía es una disciplina difícil de entender. Y de eso se valen los economistas y los empresarios para hacer de las suyas y endeudar al país cuando sus negocios enfrentan riesgos graves, o están en vías de desaparecer.
El presidente López Obrador ha dicho varias veces, que tanto economía como política, son asuntos que deben ser de interés para el pueblo.
Por eso vamos a intentar explicar de manera sencilla, lo que sucede actualmente en nuestro país, a consecuencia de la crisis originada por la presencia de la epidemia de Covid-19.
Todo el mundo se encuentra padeciendo la misma situación. No es un asunto que afecte especialmente a México. La actividad productiva se ha detenido, pues el consejo general a la población es el "Quédate en Casa".
Algunas empresas están apoyando a sus trabajadores, al mantener el pago del salario acordado, aún cuando no se asiste a laborar. El sector público, es decir, el gobierno, cubre la nómina de sus empleados íntegramente.
Pero hay empresarios que aprovechan esta difícil situación, para realizar recortes de personal, o negar el pago al trabajador que no trabaja. No hay solidaridad con los empleados y se les deja en el abandono total.
Los comerciantes en pequeño, tienen también dificultades para sobrellevar el peso económico que significa el "Quédate en casa". Agotan sus pocos recursos. Acuden a sus familiares y amigos, pero de una u otra manera, están saliendo adelante.
El pueblo de México, acostumbrado a vivir con lo mínimo, hace un esfuerzo más para sortear un momento difícil. Sabe que es cuestión de un mes, para que la normalidad regrese a las actividades cotidianas, de manera paulatina.
La gente común no se queja demasiado. Padece, pero busca la manera de salir adelante.
Son los grandes empresarios los que han gritado permanentemente, solicitando se les rescate de la crisis originada por la epidemia.
No son todos afortunadamente, pero sí un sector que se siente con derecho para exigir al gobierno, que se destine dinero público, para rescatarlos de un desastre que consideran inminente.
Aquí empezamos con la explicación económica.
Muchas de estas empresas no están en situación difícil, por culpa de la epidemia. Desde mucho antes, sus estados financieros arrojaban números preocupantes. El empresario mexicano, tiene la costumbre de ver toda entrada de dinero como ganancia. No planifica a futuro e intenta explotar el negocio al máximo. No destina recursos económicos a un fondo que le permita solventar momentos difíciles. No invierte en el mejoramiento y desarrollo de su empresa. Toda la ganancia se destina a fines personales, ajenos a la actividad empresarial que desarrolla.
Por eso no paga impuestos. No paga cuotas al IMSS cuando esto es posible. Subcontrata personal para evadir responsabilidades. Produce con un mínimo de calidad.
La ganancia es la finalidad de la empresa neoliberal mexicana. Menor o nula inversión, para conseguir mayor utilidad.
Estas empresas están bailando en la cuerda floja de manera permanente. Una situación como la actual, donde la producción se detiene, significa para los propietarios, problemas mayores.
Pero no es que la epidemia los precipite al peor de los escenarios. Es la manera en que han trabajado permanentemente la que los condena.
En estos momentos, muchas empresas con problemas financieros inocultables, culpan a la epidemia de Covid-19 de su crisis y exigen al gobierno un programa de rescate que les devuelva la salud que perdieron a lo largo de años.
A diferencia del trabajador despedido, o del comerciante que no puede vender en este momento, los empresarios no afrontan la situación con entereza y valor.
La mayoría cuenta con los recursos suficientes para pasar el mal momento e inyectar capital al negocio, una vez concluido el periodo de emergencia sanitaria. Pero no quieren que ese dinero saga de su bolsa. Desean que sea el gobierno, tal y como sucedía durante el periodo neoliberal, el que absorba las pérdidas que arrojan sus empresas.
El rescate financiero que solicitan tiene esa finalidad. Todo lo malo que hicieron estos empresarios por años, debe cargarse a la cuenta que paga el pueblo. Sus empresas quedan limpias, mientras la deuda pública aumenta.
Ese es el Plan Nacional de Rescate que proponen los empresarios mexicanos.
Y ante la negativa del presidente López Obrador para aceptar una estrategia de esta naturaleza, varios de estos empresarios se han dado a la tarea de actuar por su cuenta.
El Consejo Coordinador Empresarial, pretende convencer a los mexicanos de que resulta indispensable crear un amplio frente, que encare al presidente López Obrador, en la defensa del empleo.
Pocos atienden a este llamado. Se sabe que en nuestro país, más del ochenta por ciento del empleo lo crean las PYMES. Pocos empleos crean las grandes compañías.
Otros empresarios aplauden las políticas del Banco de México, que destina recursos millonarios en apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) y para garantizar la liquidez en bancos.
Hoy el presidente lo dijo con claridad: "estaremos atentos a que estos recursos, se canalicen efectivamente a las pequeñas empresas y no se usen para rescates económicos disfrazados, en apoyo a los grandes empresarios"
Por último están los dueños de empresas agrupados en el Consejo Mexicano de Negocios, que buscan financiamiento internacional por su cuenta. Lograron acordar un crédito por tres mil millones de dólares, con el Banco de Desarrollo BID Invest. Solo que para poder formalizar la línea de crédito, necesitan forzosamente la autorización de la Secretaría de Hacienda.
Y esto no va a suceder.
"El gobierno de México no está de florero", dijo López Obrador por la mañana. "No me gustó el tonito" agregó. No puede ser posible que unos particulares hagan tratos internacionales multimillonarios y pretendan después que el gobierno garantice el dinero que se pide y los réditos que genera, poniendo como garantía nuestras reservas internacionales.
"Ni el Banco de México, ni el gobierno, son dueños de esas reservas". "Es dinero del pueblo. Dinero de los mexicanos".
El presidente López Obrador fue claro el día de hoy. El gobierno de México no va a adquirir más deuda. Los rescates que desea hacer el sector empresarial, con créditos nacionales o extranjeros, deben ser garantizados por los mismos empresarios. La Secretaría de Hacienda no firmará convenios donde se comprometan recursos públicos.
Si los empleados que padecen por la epidemia hoy en día, asumen el reto con valor. Si las familias mexicanas en su conjunto hacen frente a la crisis económica que desató el Covid-19, con mucha entereza. ¿Por qué los empresarios son los únicos que exigen un trato especial?
Sus negocios estaban mal desde antes de la epidemia.
¿Por qué el pueblo de México debería costear el saneamiento de sus empresas?
Ellos tienen dinero para hacerlo.
Deben entender que se acabó el tiempo en que el gobierno, era un empleado dócil y servicial, que respondía siempre a su voracidad insaciable.
Estamos viviendo tiempos de cambio.
En lugar de llorar y estirar la mano, debería participar de verdad en le reactivación económica nacional, pero sin condiciones ni ventajas.
Es lo que estamos haciendo todos los demás.
Malthus Gamba